Vandalizaron la nueva estatua de Gaturro, la retiraron y colocaron una lápida en su lugar
Durante dos días fue tendencia en redes.
La nueva estatua de Gaturro, que iba a tener tecnología anti vandálica según el dibujante y creador de la caricatura Nik, fue colocada este viernes por operarios del Gobierno porteño en la Plaza Perón de Paseo Colón y Belgrano (Comuna 1) y en menos de 48 horas debió ser removida por la inmensa cantidad de grafitis que sufrió durante dos jornadas llenas de vandalismo que fueron tendencia en redes sociales.
En su lugar, un grupo de fanáticos colocó una especie de lápida con la leyenda: “Gaturro 15-7 16-7”. Para algunos fue un gesto irónico, para otros una seña de respeto.
Durante estos dos días, las redes sociales se llenaron de videos y fotos mostrando el avance de los grafitis y manchones de pintura.
A diferencia de otras oportunidades, esta vez no dañaron la estructura de la estatua, solo la llenaron de frases y garabatos.
Esta estatua forma parte del Paseo de la Historieta promovido hace más de una década por el Gobierno porteño, que incluía al Eternauta, El Loco Chávez, Clemente. La gran mayoría de las estatuas ya fueron retiradas de forma definitiva debido al nivel de vandalismo sufrido.
La más famosa es la estatua de Mafalda en la esquina de Chile y Defensa, la cual continúa en exhibición, junto a figuras de los personajes Manolito y Susanita. Cada tanto es necesario realizarle tareas de mantenimiento, pero no se piensa retirarla.
En cuanto a la de Gaturro, hay un enorme trasfondo debido a su creador Nik. Según el autor, quienes dañan la figura están enojados con él por su postura política, contraria al kirchnerismo.
En tanto, desde redes sociales, quienes se muestran en contra de Nik y que celebran el daño a la estatua aseguran que el autor es un plagiador serial y que muchos de sus chistes fueron hechos por colegas o autores contemporáneos.
Para muchas otras personas, vandalizar la estatua de Gaturro se fogoneó en redes sociales y hoy mucha gente lo hace solo porque es tendencia, sin una opinión particular sobre la caricatura o su autor.