San Telmo: luego de dos décadas, reabre el histórico Bar Saeta
Se ubica en la esquina de Chile y Perú. Es un emprendimiento del empresario gastronómico Lucas Pérez.
En los primeros días de febrero reabrirá sus puertas el Bar Saeta de San Telmo, un clásico ubicado en la esquina de Chile y Perú (Comuna 1).
El regreso llega de la mano de Lucas Pérez, empresario gastronómico que estudió para ser chef en la escuela del Gato Dumas y, luego de trabajar en distintas áreas (bachero, ayudante de cocina), abrió su propio bar, llamado “Bamba”, en zona sur, el cual gestionó durante más de una década.
En cuanto al regreso de Saeta, afirmó: “Es impresionante la expectativa que hay. Es mágico lo que sucede con esta esquina de San Telmo”.
En 2019 buscaba locación para un nuevo emprendimiento y, durante un paseo familiar, dio con la esquina de Chile y Perú, en la que había un cartel de venta. Al tiempo, firmó la escritura: “El 19 de marzo de 2020, justo un día antes del cierre total por la Pandemia. Fue una cosa de locos”. “Cuando entré a la propiedad descubrí que allí funcionaba un bar, pero estaba todo muy destruido: barra, sillas, mesas, sifones de soda, pingüinos de vino, cuadros, etc. Por los techos filtraba agua. Arrancamos a acomodarlo muy de a poquito”, agregó ante La Nación.
Al principio pensó abrir una pizzería, pero al hablar con los vecinos se decidió a retomar la mística de Saeta, un sitio importante para la comunidad a través de las distintas generaciones.
El bar fue fundado en 1865, bajo el nombre La Estrella. Fue punto de encuentro de vecinos del Arroyo Tercero o Zanjón de Granados, gente de San Telmo y de Monserrat. Ya entrado el siglo XX adquirió su actual nombre.
En los años sesenta lo administraron Sebastián González y los primos Mario Luis y Caledonio García -“los gallegos”, como los conocían en el barrio- y se volvió famoso por abrir los siete días a las semana, las 24 horas, lo cual lo hacía atractivo para los vecinos, bohemios y trabajadores nocturnos.
El 11 de abril de 2001 hubo una explosión en el sótano, derivado de una pérdida de gas. El piso quedó reducido a escombros y también se cayó parte de la mampostería. El inmueble estuvo cerrado estas dos décadas, sin actividad.