El duro testimonio de Matías Bagnato tras la muerte del asesino de su familia
El único sobreviviente de la Masacre de Flores, en la que en 1994 fueron asesinados sus padres, sus dos hermanos y un amigo, recordó a su familia, afirmó hoy que visibilizar en los medios de comunicación su pedido para que el asesino de su familia continúe en la cárcel era su "única forma de protección" y que eso le permitió "seguir con vida".
Matías Bagnato, el único sobreviviente de la “Masacre de Flores”, en la que en 1994 fueron asesinados sus padres, sus dos hermanos y un amigo, afirmó hoy que visibilizar en los medios de comunicación su pedido para que el asesino de su familia continúe en la cárcel era su “única forma de protección” y que eso le permitió “seguir con vida”.
“Desgraciadamente hipotequé mi vida. Me destruyó tener que hacer tan pública mi imagen, pero también entendía que era la única forma de protección”, expresó Bagnato en una entrevista exclusiva con Télam al recordar “todas las irregularidades que hubo en la causa” que involucró al quíntuple homicida Fructuoso Álvarez González (63).
Es que el autor de la “Masacre de Flores”, condenado a prisión perpetua, fue extraditado a España en 2004, aunque en 2010 lo liberaron ya que la Justicia argentina había informado mal la cantidad de años que debía pasar en la cárcel, tras lo cual, el homicida comenzó a amenazar de muerte a Matías a través de llamados telefónicos.
Rememorando dicha situación, Bagnato afirmó que se sintió “completamente desprotegido” y que tomó la decisión de exponer su caso en los medios.
“Decidí no hacer lo que hizo mi papá: pensar que Fructuoso no me iba a hacer nada. Al no confiar en nada, decidí exponerme y contar lo que me estaba pasando. No tenía ninguna duda de que eso fue lo que me salvó. Si yo no hubiese estado expuesto mediáticamente, probablemente él hubiera salido de la cárcel y me hubiera matado”, manifestó en referencia a Álvarez González, quien fue recapturado en el país en 2011.
A partir de ese evento, Bagnato comenzó a tener custodia policial las 24 horas del día, situación que lo obligó a dejar de tener una “vida normal”.
“Vivir con custodia es necesario para tener tranquilidad, decir ‘no estoy solo y me están cuidando’. Por otro lado, no puedo ir solo a tomarme un café a un shopping tranquilo. Me pasó de encerrarme mucho y dejé de hacer muchas cosas. Llegó un momento que se convirtió en mi forma de vivir”, aseguró.
Al respecto, consideró que la liberación de Fructuoso estuvo relacionada con que él no estuvo “encima” de su situación judicial, por lo que tuvo que comenzar a estudiar en detalle el Código Penal.
“Ningún ciudadano de pie entiende el Código. En mi vida hubiera agarrado un libro de derecho. Todo fue porque inicialmente confiamos en la Justicia, que debería ser el camino más sano para seguir viviendo. No podés estar pendiente vos de esas cosas, eso es responsabilidad del Estado”, sostuvo Bagnato, quien en 2017 fue uno de los impulsores de la Ley 27.372 de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos.
Para Bagnato, la sanción de la mencionada ley “fue un gran motor para seguir adelante”.
“Fueron circunstancias en las cuales fue gratificante que tanto dolor, lucha y sufrimiento no fue en vano. Haber logrado una ley que trasciende mi caso”, recordó con orgullo.
Por último, al ser consultado si creía que a raíz de la muerte de Fructuoso podría vivir sin miedo, Bagnato respondió: “Desde ayer no paré de llorar en todo el día. Espero que sí…”
El recuerdo de su familia
en declaraciones a Télam que “este es un aniversario muy difícil y particular” porque es el primero luego del fallecimiento de Norma Calzaretta (91), su abuela y “gran compañera”, quien lo crió tras el crimen de sus padres y sus hermanos y murió en junio del año pasado.
“Obviamente las fechas son fechas y todos los días de mi vida me faltan mis viejos y mis hermanos, pero es inevitable no remontarse a ese día, acordarme de lo que hice, de cuál fue el último momento en que los vi y estuve con ellos”, explicó Bagnato, quien actualmente integra el Observatorio de Víctimas de Delitos.
Además, contó que vive estas épocas con preocupación porque en agosto próximo, el hombre condenado por el crimen múltiple, Fructuoso Álvarez González, tendrá por cumplida su condena y recuperará su libertad.
Álvarez González había sido condenado a prisión perpetua en 1995 por el incendio y crimen, y aunque en 2004 consiguió ser extraditado a España, fue liberado y recapturado en Argentina en 2011, luego de amenazar de muerte a Matías Bagnato y a su abuela.
“Es un psicópata que no tiene ningún tipo de recuperación, como demostró cuando salió libre y me amenazó, y porque en los estudios disciplinarios del penal de Ezeiza, donde está detenido, dice claramente que no tiene arrepentimiento ni empatiza con el dolor ajeno, que demuestra un marcado desprecio y odio hacia mi persona”, manifestó Matías.
“Está por cumplirse su condena, esta falsa prisión perpetua a la que fue condenado, y la verdad que me toca en un momento en que ni sé cómo enfrentar esto nuevo que viene ahora, que es su libertad”, agregó.
Bagnato también remarcó que está “muy cansado” ya que “son muchos años de estar mendigando justicia para intentar vivir tranquilo y por lo menos descansar desde ese lado”.
“Que no exista una prisión perpetua para estos casos tan aberrantes es lo que nos revictimiza constantemente y nos pone en un lugar de no poder cerrar nunca esta herida en lo que tiene que ver con la justicia, el dolor de la ausencia iba a estar eternamente, pero tendría la tranquilidad de que este monstruo no iba a salir nunca más del penal”, dijo.
Y en ese sentido, concluyó: “Hoy a la mañana, cuando leía los mensajes que me mandaban en las redes sociales, pensaba que tengo que seguir intentando que tanto dolor que llevo dentro por las vidas de ellos, que se perdieron de esta forma, tienen que servir para vivir en una Argentina más justa y para generar ese cambio”.
La “Masacre de Flores” ocurrió el 17 de febrero de 1994 cuando se originó un incendio en una casa de la calle Baldomero Fernández Moreno y Pumacahua, en el barrio de Flores, y murieron José Bagnato (42); su esposa Alicia Plaza (40); sus hijos Fernando (14) y Alejandro (9) y Nicolás Borda (11), un amigo del menor de ellos que esa noche se había quedado a dormir.
Los investigadores determinaron que el incendio había sido originado de manera intencional por Álvarez González, exsocio de José Bagnato, quien arrojó dos bidones con combustible y encendió el fuego.
Matías hoy forma parte del Observatorio de Víctimas de Delitos junto a familiares de otras víctimas de casos de violencia, entre ellos de Ángeles Rawson, de la tragedia de Once y de Cromañón.
Gracias al impulso del observatorio, fue sancionada la Ley 27.372 de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos, mediante la cual se creó el Centro Nacional de Asistencia a las Víctimas de Delitos para asistir y asesorar tanto a familiares como a víctimas de hechos de violencia.
Su pareja secreta por miedo al asesino
Visiblemente emocionado, Matías contó un secreto que guardó durante años por miedo.
“Yo nunca lo hice porque tenía miedo, muchas veces me preguntaron si yo había logrado armar una familia y yo nunca lo dije porque tenía pánico de que él me quitara esta nueva familia”, introdujo. “Yo estoy en pareja con Nicolás; Nico, te amo, gracias por acompañarme todos estos años”, relató emocionado.
Y continuó: “Nico perdió a sus papás, quedaron solos, son tres hermanos y uno de ellos tiene síndrome de down, que es Sebi, y mi familia son ellos dos hoy en día, me hacen sumamente feliz y nunca pude compartir esto con ustedes por miedo de que este monstruo me los quite como a mis viejos y a mis hermanos”.