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Foto: AICA

García Cuerva en San Cayetano: “Que nuestro país sea posada para todos”

"No queremos pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos, víctimas de la exclusión", expuso el arzobispo de Buenos Aires.

Publicado el 7 de agosto de 2024|
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El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió este miércoles por la mañana la misa central en honor de San Cayetano en el santuario del barrio porteño de Liniers (Comuna 9). “No queremos pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos, víctimas de la exclusión. Hay muchas maneras de pasar de largo: vivir ensimismados, desentenderse de los demás, ser indiferentes, o discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad”, afirmó.

“Como peregrinos, nos volvemos a reunir en torno a San Cayetano, el amigo del pueblo, al que le pedimos un corazón más solidario”, expresó.

“San Cayetano, el amigo del pueblo. Nuestro pueblo, desde las entrañas de fe más profundas, reconoce al patrono del pan y del trabajo como amigo, frente a ladrones que desde hace años lo despojaron de todo, como dice el Evangelio de hoy”, aseguró, y completó con esta sentencia de santo Tomás de Aquino: “El verdadero amigo quiere para su amigo que exista y viva, quiere hacerle el bien, deleitarse con su convivencia, y finalmente compartir con él sus alegrías y tristezas, viviendo con él en un solo corazón”.

El arzobispo porteño sostuvo que, “por todo eso, San Cayetano es nuestro amigo: porque quiere que tengamos una vida digna, con un trabajo que no sólo sea un modo de ganarse el pan, sino un cauce para el crecimiento personal y comunitario”, reprodujo AICA.

“También, porque quiere que todos tengan una educación de calidad que los haga protagonistas de sus vidas, verdaderamente libres de pensar y decidir, sin presiones ni condicionamientos”, puntualizó, y agregó: “Por ser nuestro amigo, nos hace bien venir a visitarlo y poner nuestra vida en sus manos, compartiendo con él alegrías y tristezas”.

“San Cayetano nos quiere gratuitamente, como nos quiere Dios, no nos pide nada a cambio. Le importa mucho nuestra vida; clama al Cielo con nosotros por mejores condiciones de vida para todos; porque, desde hace años, nuestra Patria está herida, despojada de casi todo, medio muerta, como el hombre de la parábola que bajaba de Jerusalén a Jericó y fue víctima de los salteadores”, graficó, haciendo referencia al pasaje evangélico del buen samaritano.

“Volvamos a descubrir que somos hermanos y nos necesitamos; que la Argentina sale adelante con unidad, no con enfrentamientos ni con grietas. Volvamos a insistir en que, más allá de nuestras diferencias, nos une la fe; nos une nuestra Patria, que tanto amamos y tanto nos duele; nos une el futuro que le queremos dejar a nuestros hijos y nietos. Dejémonos de pelear, por favor, no le demos lugar al oportunismo. Que la intención de todos sea un pueblo unido que se pone la Patria al hombro. ‘Viva la Patria! ¡Vida la Argentina! ¡Viva San Cayetano”, cerró García Cuerva.

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