Durante estas semanas, el artista chileno Nicolás Miranda coloca una serie de esculturas “efímeras” en el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires.

Este artista tiempo atrás logró relefancia pública al instalar en Madrid la obra titulada “Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel”, que es una figura del rey emérito Juan Carlos I apuntando con un rifleal monumento “El Oso y el Madroño”, símbolo de esta ciudad española.

Ahora, en CABA se exhiben tres figuras: un niño de la villa llamado Juanito Laguna, un policía sacándose una selfie y una chica “wachiturra” de barrios populares.

Las estatuas se instalarán de forma breve e itinerante. Juanito Laguna ya estuvo al lado de la figura de Mafalda y sus amigos, en Chile y Defensa, barrio de San Telmo (Comuna 1). El policía sacándose la selfie estuvo frente al Espacio para la Memoria ex Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio (CCDTyE) “Club Atlético”, en Paseo Colón y Cochabamba.

Hasta el 10 de septiembre, se emplazarán en otros espacios como Plaza de Mayo, Once y la Estación Rodolfo Walsh. El 20 de octubre, las esculturas serán expuestas en la Galería Pabellón 4 (Juan Ramírez de Velasco 556), con un cierre programado para el 30 de noviembre.

“Yo crecí leyendo a Quino, es uno de mis referentes”, dice el escultor a La Nación y sumó: “Esta intervención busca generar un contraste al poner a un chico de la villa como una figura turística. Si un turista se saca una foto con Juanito, es violento, aparece el humor. De esta forma utilizo los clichés. Es un sistema combinatorio de signos, como poner una palabra en un lugar de la frase que no le corresponde”.

En cuanto a la figura del policía, opinó: “No es lo mismo ver al policía al lado de los manteros en Once que en el ex centro clandestino de tortura, el diálogo con el espacio es fundamental”.