El presidente Javier Milei abrirá el periodo ordinario de sesiones en el Congreso de la Nación, en Entre Ríos y Rivadavia este viernes desde las 21, por lo cual se montó un importante operativo de seguridad en la zona de Balvanera (Comuna 3) y Monserrat (Comuna 1).

En primer lugar, desde el mediodía los subtes de la Línea A realizan un recorrido limitado entre la cabecera de Flores San Pedrito (Comuna 7) y Plaza Miserere, en Balvanera (Comuna 3).

Además, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se adelantó la presencia de unos 5.000 efectivos de fuerzas federales: Policía Federal (PFA), Prefectura Naval (PNA); Gendarmería Nacional (GNA) y Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Desde las 17:30 se interrumpirá el tránsito por la Avenida De Mayo desde la Avenida 9 de Julio y en el tramo de Avenida Rivadavia desde San José hasta Ayacucho.

También se mencionó la colocación de un vallado sobre la avenida de Mayo, desde la Casa Rosada y Plaza de Mayo hasta el Congreso.

Los vallados y cambios en el tráfico afectará el recorrido de las líneas: 2, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 17, 22, 23, 24, 26, 28, 29, 37, 39, 45, 50, 56, 59, 60, 64, 67, 70, 75, 86, 90, 91, 96, 98, 99, 100, 102, 103, 105, 109, 111, 115, 124, 126, 140, 146, 150, 168 y 180.

En tanto, movimientos sociales, piqueteros y de izquierda adelantaron que se movilizarán hasta el congreso para realizar un cacerolazo contra Milei.

El dirigente y diputado del Partido Obrero – Frente de Izquierda precisó que la marcha iniciará a las 17 en Hipólito Irigoyen y solís.

Afirmó que “el cacerolazo contra el gobierno será masivo tanto en el Congreso como en todo el país. Y eso no será por la “extorsión” de los convocantes, como falsamente afirma Bullrich, sino por el repudio popular ante el ajuste criminal que lleva adelante Milei y su pandilla”.

“Cuando Milei hable dentro del Congreso, en las calles habrá un cacerolazo masivo para repudiar la política criminal que lleva adelante su gobierno. La bronca popular va en ascenso. Por eso el presidente se equivoca cuando afirma que no hay posibilidad de una rebelión popular. Con los 27 millones de pobres, con 10 millones de indigentes, con las jubilaciones y salarios por debajo de la línea de la pobreza, con una desocupación creciente y comedores populares que no reciben alimentos no hará falta de “activistas extranjeros” para que el pueblo gane masivamente las calles”.